¡Hay vida más allá de la llave inglesa!
Los juegos de llaves son posiblemente las herramientas manuales que más utilizaremos a lo largo de toda nuestra vida. Arreglar una avería en el coche, cambiar una tubería, armar un armario, revisar nuestra bicicleta, son algunas de las innumerables tareas que estas importantes herramientas nos ayudarán a llevar cabo. Por ello es fundamental conocer los principales tipos de llaves, sus usos, así como las mejores marcas según la clase de llave mecánica.
Los juegos de llaves mecánicas se dividen en 3 grandes grupos: las llaves fijas, llaves ajustables y llaves dinamométricas.
1.Tipos de llaves: Llave fija
Las llaves de boca fija son el grupo más nutrido de los 3 tipos de llaves. Estas herramientas manuales se caracterizan por su fabricación, realizada en una única y resistente pieza de acero, ya que su principal aplicación es ejercer esfuerzo de torsión durante el apretado y el aflojado de tornillos. Las medidas de este tipo de llaves, así como sus bocas, varían en función de los tornillos a los que van dirigidas, abarcando un amplio rango de tamaños que van desde los 6 milímetros hasta las 16 pulgadas.
Llave plana:
Las llaves planas o llaves de estrella son herramientas rectas que varían en función del tipo de boca. Las más característica es la de dos bocas abiertas, también llamada llave española. Además existen variaciones de boca cerrada denominadas llaves estriadas.
Llave acodada:
Al contrario que las llaves planas, este tipo de llave fija posee una estructura oblicua que la convierte en la herramienta perfecta para alcanzar rincones con difícil acceso.
Llave combinada:
Variación de llave fija que posee una boca abierta y otra cerrada en cada uno de sus extremos. Son el tipo de llaves más comunes en una caja de herramientas ya que sus dos aperturas diferenciadas nos permiten solucionar una gran variedad de situaciones, desde trabajar con tuberías hasta aflojar tornillos inaccesibles.
Llave de tubo:
Llave en forma de tubo con dos bocas hexagonales a cada uno de sus lados. Este tipo de llaves suele servir más como complemento que como una llave propiamente en sí, ya que necesitan ser accionadas por una varilla o por otro tipo de llave, ya sea fija o ajustable, para operar sobre tornillos de difícil acceso.
Llave de carraca:
Son las llaves más cómodas dentro de todos los múltiples clases existentes ya que, gracias al trinquete que incorporan, las llaves de carraca o chicharra solo ejercen fuerza hacia uno de los lados, quedando la herramienta libre en la otra dirección. Esto nos permite apretar o aflojar tuercas de una forma mucho más sencilla. Además, este tipo de llaves incorporan un juego de llaves de vasos intercambiables, permitiéndonos modificar así el tipo de boca en función de las necesidades del tornillo al que vayamos a enfrentarnos.
Llave Allen:
La llave Allen según el mercado americano, llave inbus según el alemán, es una llave hexagonal empleada en tornillos prisioneros medidos al milímetro. Estas pequeñas herramientas manuales son ligeras, resistentes y eficaces, ya que reparten el par por toda su superficie.
Llave Torx:
Es un modelo derivado de las llaves Allen pero diferenciado por el tipo de tornillos sobre el que trabajan. Esta clase de llaves está diseñada para apretar y aflojar tornillos Torx. Como curiosidad es importante añadir que, siempre que se use el tamaño adecuado, las llaves Torx sirven para tuercas Allen, pero no a la inversa.
2. Tipos de llaves: Llave ajustable
La particularidad de estas herramientas es que permiten la modificación de la apertura de su boca a nuestro antojo, por lo que, al contrario de lo que ocurre con las llaves fijas, una sola herramienta puede abarcar un amplio abanico de tamaños y tuercas. Existen dos tipos de llaves ajustables:
Llave inglesa:
Es una de las herramientas manuales más populares del mundo. versátil, resistente, y segura, la llave inglesa es capaz de sustituir a todo un juego de llaves fijas. Esto lo permite una boca formada por una parte móvil y accionada por un tornillo sin fin que adapta la abertura de la herramienta a la mayoría de tuercas existentes. Además, la llave inglesa cuenta con la ventaja de operar con delicadeza, al contrario de otras herramientas manuales, como los alicates que dañan el material a desenroscar. Por ello es conveniente tener una llave inglesa siempre en nuestra caja de herramientas.
Llave Stillson:
Herramienta patentada unos años después de la llave inglesa y de funcionamiento similar que cuenta con una parte fija y otra móvil unidas por una cremallera y un anillo de roscado. Estas llaves se diferencian de las inglesas en sus diferentes usos, ya que, debido a sus características como la amplitud de apertura de su boca y sus dientes en forma de tornillo de banco, las llaves Stillson, o también llamadas llaves de grifa, son unas herramientas perfectas para la fontanería, realizando grandes trabajos incluso con tuberías de grande diámetros.
3. Tipos de llaves: Llave dinamométrica
Este tipo de llaves serían idénticas a las ya mencionadas llaves de carraca y de vaso sin no fuera por que cuentan con una característica única en el mundo de las llaves mecánicas: controlar el par de apriete. Señalamos el par con el que queremos trabajar, apretamos la tuerca, y cuando el tornillo ha alcanzado el nivel indicado, un mecanismo interno impide continuar apretando. Así de simple y preciso. Las llaves dinamométricas son herramientas verdaderamente necesarias cuando se trabaja con mecanismos exigentes que precisan de un atornillado concreto. Hay ciertos tornillos que pueden causar averías si el apretado es demasiado fuerte o demasiado laxo.